La Asociación de Empresarios de Limpieza de Madrid, AELMA, inculpa tanto a la Comunidad de Madrid como al Grupo Eulen de dinamitar la profesión y romper las reglas del juego limpio en el mercado.

Antecedentes

Tal y como denunció públicamente AELMA el pasado 11 de octubre a través de un comunicado de prensa, la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid convocó un concurso que agrupaba en un solo contrato de seis lotes que se adjudicaron a Eulen, los servicios de limpieza de 308 Institutos dependientes de esta Consejería.  El concurso, convocado bajo la justificación de la optimización de costes, dejó fuera a la totalidad de las Pymes que, hasta ahora, venían prestando sus servicios en estos centros de enseñanza, puesto que éstas no contaban ni con los avales ni con los recursos necesarios para presentarse a un concurso que exigía un precio de licitación tan elevado (la adjudicación se ha hecho por un importe de 35,2 millones de euros).

Asimismo, AELMA denunció públicamente que los precios ofertados en los pliegos se encontraban un 35% por debajo del precio de mercado, lo cual provocaría que la empresa adjudicataria tuviera que realizar alguna “artimaña” para obtener rentabilidad, una rentabilidad que se obtendría directamente a costa de una pérdida de calidad del servicio producida por la reducción de personal (laboralmente y conforme a lo expuesto en el convenio colectivo de este sector, la empresa adjudicataria debe subrogar a los trabajadores que presten el servicio de limpieza actualmente en los inmuebles).

Consecuencias

Pues bien, Eulen ha sido la adjudicataria de ese macro-contrato de la Consejería de Educación y según ha tenido conocimiento AELMA, la empresa está obligando a sus trabajadores a reajustar su jornada laboral para obtener una rentabilidad económica. Según se recoge textualmente en un contrato que la empresa está haciendo firmar a los trabajadores subrogados y al que ha tenido acceso la asociación, “a efectos de hacer viable el nuevo proyecto de ejecución del servicio, la empresa necesita reajustar la jornada y el horario del trabajador”, lo que significa reducir a la mitad tanto las horas de trabajo como el salario.

Esta solución se mantendrá durante el tiempo de duración del concurso –dos años-, por lo que la próxima empresa tendrá que hacerse cargo del personal en las condiciones anteriores a la modificación, es decir, como está en la actualidad, lo cuál, resultará económicamente insostenible.

Irresponsabilidad de la Comunidad de Madrid y la empresa adjudicataria

La patronal de los empresarios de limpieza de Madrid considera que la actuación que han llevado a cabo tanto la Comunidad de Madrid como la empresa adjudicataria supone una irresponsabilidad absoluta y un atentado contra las reglas del juego.

Asimismo, AELMA quiere advertir a las Administraciones del riesgo de “aprovecharse” con los exiguos precios que están sacando a concurso, bajo la justificación de la optimización de costes. Por un lado, lo que están consiguiendo es ahogar, aún más, a las empresas forzándolas a participar en concursos que ni tan siquiera cubren los gastos ocasionados de la prestación del trabajo; y por otro, se corre el riesgo de que el servicio no se preste con todas las garantías, ya que ante la  ausencia de rentabilidad, las empresas se están viendo “obligadas” a abandonar el servicio, con el consiguiente perjuicio que ocasiona no sólo al cliente, sino a la propia compañía y al sector en general.

También, AELMA aconseja a las empresas no participar en concursos que no cubran los costes de prestación del servicio, puesto que deben tener una responsabilidad con sus trabajadores y un compromiso con su cliente, prestando los servicios de calidad que se presupone en los concursos públicos.