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Rey’s Cleaners, cuando la limpieza es de lujo

De una modesta tintorería, Angel Suárez ha hecho a Rey’s Cleaners un negocio que acaba de entrar en lo que llama el mercado high end en materia de limpieza. Uno de sus pasos más recientes fue su asociación con el exclusivo servicio de lujo Garde Robe, que provee cuidado, almacenamiento y servicio de ropa de lujo, ideado para personas que viajan con frecuencia, tienen diversas residencias en el mundo o simplemente no cuentan con el espacio adecuado para guardar sus costosos vestuarios.Garde Robe tiene en su lista de clientes nombres como Oscar De La Renta, Carolina Herrera, la supermodelo Iman e Ivanka Trump.

Esa asociación ha significado que, además de sus tres sedes y una planta de lavandería en Miami, Suárez ha tenido que construir un nuevo espacio de 1.500 metros cuadrados para disponer de lo que en el giro se conoce como almacenamiento de ropa estilo museo, que consta de closets con clima controlado, purificadores de aire y sistemas de control de insectos, entre otros. Aparte de un pequeño estudio de fotografía, en el que se toman las fotos de las piezas sobre un maniquí antes de ser almacenadas.

“Son fotos para crear un archivo visual o cyber closet, donde el cliente, desde su computadora, teléfono o iPad, puede elegir lo que quiere usar y determina el día y el lugar donde hay que hacer la entrega de la prenda lista para ser usada”, explicó Suárez.
El servicio de Garde Robe fue originalmente creado para residentes de Nueva York con grandes vestuarios, pero con espacio limitado para guardar la ropa. Actualmente, tiene sedes en California, Nueva York, Tokio, Londres y, gracias al convenio con Suárez, se logró hace escasas semanas ofrecer el servicio en el sur de la Florida.

“Es también para la gente que viaja mucho y que quiere que su traje de noche, sus abrigos de piel, sus zapatos o su ropa de invierno sean entregados en determinada ciudad del mundo”, explicó del servicio.
Desde que compró su primera lavandería, Suárez se ha dedicado a tomar seminarios e investigar sobre la diversas técnicas, productos y recursos para la limpieza de ropa de lujo. Hace unos meses, precisamente, en un seminario en California, hizo los contactos para asociarse con el servicio de Garde Robe.

Para llegar a donde está, Suárez recordó que tuvo que aprender del negocio desde abajo. En 1981, empezó por atender en el mostrador de Quality Cleaners, una tintorería que pertenecía a su madre, quien fue la pionera de la familia en este giro.
“Luego pasé a trabajar en el área de desmanchar la ropa, donde aprendí incluso echando a perder la ropa. Por suerte no era ropa muy fina, porque nos tocó reemplazarla”, recordó Suárez, quien era un niño cuando salió de Cuba con su familia rumbo a Puerto Rico, en 1961.“Entre otras cosas aprendí que no se puede poner una prenda mojada en la máquina de lavar en seco. Cometí el error de poner un vestido de seda al que recién le había quitado las manchas y quedó descolorido’’, agregó

En 1983, se le presentó la oportunidad de comprar Rey’s Cleaners, del que conservó su nombre.“Fue una casualidad, era propiedad del padre de un amigo de la escuela secundaria, incluso en esa época, una tarde le ayudé a hacer entrega de ropa, cuando faltó un empleado”, contó.Con la compra de la lavandería, Suárez se propuso especializarse más en el campo. Empezó a asistir a seminarios y llego a ser el presidente del capítulo de la Gold Coast de la National Cleaners Association.
“Me hice experto en la tintorería de lujo’’, comentó

En 30 años, Rey’s Cleaners pasó de ser una tintorería con ocho empleados a una de más de 100, con 12 camionetas que recogen y entregan ropa en Miami-Dade, Broward y Palm Beach. “Es un negocio que nos ha dado muchas bendiciones. Nuestros hijos salían del colegio a trabajar y aprender del negocio’’, comentó. Frankie, de 40 años, y Angel Daniel, de 35, son propietarios de la cadena Spots by Rey’s Cleaners. Cristina, que trabajó en el negocio de sus padres, en la actualidad se dedica a la repostería. María, su esposa, quien tiene una maestría en educación, se encarga del área administrativa y recursos humanos de la compañía.

El 2007 lo recuerda como el mejor año del negocio, alcanzaron a facturar $4 millones. Este año, después de una época de recesión, dice, la compañía empieza a volver a los mejores tiempos.“La gente que compra ropa costosa no le importa pagar por un servicio que cuide de sus prendas’’, destacó.

Fuente: elnuevoherald.com