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Empresas de Irún lanzan un innovador sistema robotizado para limpiar fotovoltaicas

Chemik I+D ha liderado un proyecto en el que han participado Cadworks, Duplostock y Fautory. Su producto espera triunfar en mercados donde las renovables están al alza como Oriente Medio, México, Chile, Australia o Estados Unidos

La empresa Chemik nació en 2002 con una planta en Tarazona (Zaragoza) para la fabricación de cuadros eléctricos. «La crisis nos dio duro», explica Ion Txintxurreta, socio fundador de la empresa con otros dos compañeros, uno de Soria y el otro de Pamplona. Aquella sigue en funcionamiento con unos 70 trabajadores, pero la empresa buscó la diversificación de su negocio con la filial Chemik I+D. «Y, esa sí, la traje a Irun. Para mi era más cómodo, pero, además, en esta zona es más fácil encontrar proveedores, colaboradores y mano de obra cualificada». Así, en 2012, ubicado en el edificio circular del polígono Arretxe-Ugalde, arrancó su andadura.

Trabajo en red

Chemik I+D tiene entre sus principio el trabajo en red con otras empresas de su entorno. «Con algunas que ya conocíamos y con la ayuda de Bidasoa activa, hicimos un grupo y empezamos a descubrir vecinos muy interesantes con los que colaborar para sacar adelante proyectos». El que motiva esta información, un innovador sistema robotizado para limpiar las placas fotovoltaicas ahorrando agua, tiempo y otros costes y que recibe el nombre de 'Photoproper', «surgió así».

Hay cuatro empresas que han colaborado con Chemik en esto y tres de ellas son de Irun. Es más, para encontrar a dos de ellas, Txintxurreta no tiene ni que salir del polígono. La tercera no comparte inmueble, pero sí polígono. «¿Para qué irte lejos cuando tienes al lado lo que necesitas? El problema es que en Gipuzkoa hay mucha costumbre entre las empresas de no hablar con el de al lado, de guardarse cada uno lo que hace muy celosamente. Pero en esta coyuntura, las empresas estamos obligadas a hablar, a compartir, a intentar buscar soluciones con el de al lado. Y así, descubres que tenías ahí justo lo que necesitabas».

Lo que necesitaba Chemik en este caso era una empresa fiable que se encargara del diseño del proyecto y del diseño de producción, y la encontró en la puerta de al lado, en Cadworks, también instalada en el mismo edificio de Arretxe-Ugalde. Surgió más tarde otra necesidad. «Buscábamos un lugar dónde hacer la máquina y encontramos Duplostock, otra firma local, en el mismo polígono «que saben mucho de hidraúlica, de mecanización... Les presentamos el proyecto y nos han aportado mucho en distintas fases». Los últimos en sumarse fueron los miembros de Fautory, una pequeña empresa recientemente instalada en el vivero del que dispone Bidasoa activa en el mismo edificio en el que está Chemik. «Hablando con ellos de lo que hacían, vimos que era exactamente lo que nos hacía falta y les encargamos una aplicación de comunicación hombre máquina para iPhone que permite gestionar múltiples robots».

Txintxurreta acuña la expresión «Bidasoa Valley» para hablar de este tipo de proyectos desarrollados casi exclusivamente por empresas de la zona y que tienen por mercado el mundo entero. Con Photoproper no renuncian al mercado nacional «pero después del boom que vivieron, aquí las renovables están un poco a la baja. Nos dirigimos sobre todo a aquellos países en los que la apuesta por esta energías es cada vez mayor». Habla de Chile, Australia, Sudáfrica, Centroamérica, Estados Unidos... «Hemos abierto filiales comerciales en México y en California», advierte. Y es que Photoproper es sólo la punta de lanza de la apuesta de Chemik por la industria auxiliar de lo fotovoltaico. «Tenemos otros productos patentados. Ahora mismo, estamos trabajando en uno de ellos que es un nuevo seguidor solar, un sistema para que los paneles se muevan a lo largo del día buscando la mejor orientación hacia el sol». Sí, como un girasol. «Estamos a punto de lanzar ya la fase de prueba, una experiencia piloto que queremos hacer también aquí, en Irun».

Así funciona el robot

PhoPhotoproper es un robot autónomo que limpia placas fotovoltaicas. No necesita guías auxiliares porque aprovecha el propio arco de aluminio del panel y funciona por medio de baterías durante 8 horas. En ese tiempo, es capaz de recorrer 1.440 metros lineales de paneles. A una velocidad máxima de 25 metros por minuto, es el más rápido del mercado. Chemik ha diseñado un aparato complementario de manera que sus 40 kilos no sean obstáculo para que un único operario pueda encargarse de moverlo de una fila de paneles a la siguiente. Cuenta con una pantalla táctil y puede funcionar de forma autónoma o por control manual. Puede hacer limpiezas en seco o con agua y, en este caso, procura un consumo mínimo, inferior a 0,085 litros por m2 de placa solar. Está fabricado en aluminio y acabado con pintura de alta tecnología para evitar la corrosión.


Fuente: Diariovasco.com