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Limpieza con cero emisiones

Lipasam prueba dos vehículos eléctricos desarrollados en Sevilla más eficientes y versátiles que los actuales. La empresa incorporará próximamente cuatro unidades.

Todas las personas que paseaban en la mañana de ayer por la Plaza del Triunfo pudieron observar en acción los dos vehículos de limpieza que están probando desde el pasado viernes los operarios de Lipasam. Y no se trata de unas máquinas cualquiera. Han sido desarrolladas por el departamento de I+D de Lipasam para responder a las necesidades específicas que presenta la ciudad. Llevan el nombre de Sevilla y, durante los tres meses que funcionarán de manera experimental, se le irán acoplando nuevos accesorios para dar con la herramienta perfecta para adecentar las calles del centro.

La fabricación de los vehículos corre a cargo de la empresa Grau Maquinaria, que tras este periodo de rodaje construirá cuatro unidades para que funcionen en la ciudad. Las ventajas que ofrecen frente a los actuales motocarros son muchas. "Al ser eléctricos no emiten CO2 a la atmósfera. Tampoco producen contaminación acústica, con los consiguientes beneficios para los vecinos. Su coste es muy bajo. Con un euro, que es lo que cuesta cargarlos, pueden realizar una jornada de trabajo con salida por la mañana y por la tarde. El manejo es muy sencillo y ágil. Se puede cargar en un simple enchufe, y lo que más agradecen los operarios es que cuenta con aire acondicionado", explica Jesús Manuel Espinosa, encargado del servicio del centro.

Los vehículos eléctricos se encargarán de la limpieza viaria y del repaso del mobiliario urbano. Uno de ellos se centra en la zona más monumental de la ciudad, el entorno de la Catedral y el barrio de Santa Cruz. "Por su tamaño y versatilidad son ideales para llegar a lugares que antes eran inaccesibles". El otro está destinado a la limpieza de Triana y Los Remedios.

Las dos unidades que están actuando de modo experimental tienen diferentes capacidades. El mayor dispone de un depósito de 2,5 metros cúbicos. Cuenta con una puerta lateral que se desliza muy fácilmente para alojar la basura. El pequeño, de 1,8, goza de un depósito de agua y una manguera a presión que sirve para baldear las calles o limpiar el mobiliario urbano, entre otras cosas. Mari Ángeles Medina, una operaria que lleva seis años trabajando con un motocarro en el centro, asegura que el cambio es sustancial: "Es muy fácil de llevar y muy cómodo para trabajar. Está hecho pensando también en nosotros, para facilitarnos la tarea".

Durante estos tres meses se seguirán desarrollando los vehículos según las necesidades y las observaciones de los trabajadores. De momento, ya han recomendado un avisador acústico, puesto que no hacen ruido, y unos accesorios para colocar los cubos y recogedores de basura.

Fuente: diariodesevilla.es