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Un fuerte olor obliga a desalojar un ambulatorio en Viladecans

Los que lo padecieron lo definían como un olor molesto, no intenso, pero que sí provocaba irritabilidad, tanto en los ojos, como en la garganta. Un olor metálico. El principal sospechoso, un producto de limpieza que en el momento del suceso aun estaba por determinar. Aunque no se descartó que fuera salfumán, fuera lo que fuese, acabó provocando el cierre de uno de los dos ambulatorios de Viladencans, una ciudad que tiene un sistema sanitario muy tocado por los recortes ( su hospital va a menos cada día que pasa y se espera desde hace años un tercer centro de atención primaria).
El centro fue desalojado durante la mañana hasta en dos ocasiones por los bomberos de la Generalitat  y nadie sabía  a ciencia cierta, cuándo podría volver a abrir. 
Los hechos ocurrieron en el ambulatorio más antiguo de esta población del Baix Llobregat, el de Mas Font, al sur de la población en la avenida Marina con calle Balmes, cuando había unas 60 personas en su interior que fueron desalojadas. Dos de ellas tuvieron que ser atendidas por los servicios de emergencia y por los propios servicios médicos del ambulatorio. Se trata de una trabajadora del centro, que padece asma y que, de pronto, tuvo graves problemas para respirar, y de un paciente, un hombre de 52 años, que acudió al ambulatorio por otra dolencia y que acabó siendo atendido por una inhalación leve de “algo” en el hospital de la ciudad, según explicaron fuentes de la Generalitat.
El primer desalojo se produjo a las 9.53 horas por los bomberos que acudieron ante la llamada de emergencia del centro con cuatro vehículos. El olor, según algunos testimonios similar a la lejía, aunque no tan ácido, guió a los servicios de emergencia hasta un pequeño cuarto en donde se almacenan productos de limpieza que también fue desalojado y posteriormente ventilado, como  el resto de las instalaciones. Al poco tiempo, el centro volvió a abrir sus puertas, pero, debido a que el olor persistía, se produjo el segundo y definitivo desalojo por parte de bomberos, que acabaron determinando su cierre. Así estará cerrado hasta que se hagan pruebas de calidad del aire por parte de la inspección de Trabajo. Mientras que no abra, todos los pacientes se tendrán que desplazar al único ambulatorio que quedará en funcionamiento en el municipio, en el Maria Bernades, en la zona norte; que pasará a abrir los sábados mientras esté cerrado Mas Font.