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Una emprendedora a la plancha

Vivimos en una sociedad en la que el tiempo es oro. Es por este motivo por el que Mariló Romero, una vecina de Lugones, ha logrado poner las cosas más fáciles a sus vecinos. No es que tenga una varita para regalar minutos a la persona que lo solicite, sino que es la propietaria, transportista y mano de obra de una empresa innovadora: Teleplancha Lugones, un servicio que ha recurrido, además, a las nuevas tecnologías y a las redes sociales para su difusión.

La idea surgió hace dos años cuando Romero, tras trabajar por cuenta ajena en una compañía de limpieza, decidió que era el momento de ser una emprendedora. La primera idea que barajó fue la creación de un catering para empresas, pero suponía un gran desembolso económico. Fue gracias a una amiga que reside en León como surgió Teleplancha Lugones. Según la propietaria, «ella me comentó que allí usaba un servicio de planchado en una tintorería, y dándole vueltas, pensé que sería un trabajo ideal, ya que no suponía una gran inversión. Para mejorar el servicio decidí ser yo misma la encargada de recoger la ropa y entregarla al cliente», relató Romero, quien ya había trabajado durante cinco años en una empresa de confección de planchado en su Linares natal.

Ésta es la única empresa de toda Asturias que ofrece el servicio de recogida y entrega: «Existen tintorerías en la región que sólo planchan la ropa, pero el cliente debe de llevarla a unas horas concretas en las que está abierto el local, mientras que yo me adapto a sus horarios laborales y a sus necesidades», explicó la emprendedora.

Teleplancha Lugones lleva un año y medio funcionando, en el que Romero realiza todo el trabajo en su domicilio de la localidad sierense. «Depende del día y de los clientes, pero no paso menos de cinco horas planchando», destacó la propietaria. En el tiempo que lleva recuerda que en un solo día tuvo que planchar 350 piezas y que uno de los clientes le entregó hasta 140 prendas. Aunque la mayoría de sus clientes son de la zona centro, también cuenta con personas de La Felguera y Mieres, lugares a los que va dos veces por semana a recoger y entregar la ropa. «No descarto+ ir a otras zonas, lo que pido es que se pongan de acuerdo varias personas, para que les salga más barato el transporte», comentó.

Las tarifas están fijadas según el número de piezas de ropa. Una caja con 20 piezas son 18 euros; una de 30 piezas, 24 euros, y por una de 45 cobra 30 euros. El aumento de las piezas se calcula en proporción. En el caso de realizar un viaje fuera de la zona centro o de los dos días establecidos en La Felguera y Mieres, supone 5 euros en el porte, que se suman a la tarifa.

Un cliente de Lisboa

Hasta en Lisboa cuenta con clientes. El pasado mes de diciembre, un asturiano residente en la ciudad lusa decidió contratar el servicio. La razón fue que en febrero se traslada a vivir a Oviedo, y tras usar muchos años este tipo de servicio en Portugal, buscó en Internet si en Asturias se ofertaba, y la localizó a través de Facebook.

Respecto al perfil del cliente, destaca las parejas jóvenes en las que los dos trabajan. También acude a los polígonos industriales de la zona a recoger y entregar la ropa. La propietaria comentó que fue en diciembre pasado cuando comenzaron a demandar su servicio hombres que viven solos. Laura García, vecina de Lugones y propietaria del establecimiento El Rincón de María, también recurre a Teleplancha con la ropa de su cuñado, quien le deja cada cierto tiempo una cantidad considerable de camisas para planchar. «Estamos muy contentos por el trato, la rapidez y las ventajas que nos ofrece adaptándose a los horarios de mi tienda, ya que viene a recogerlo cuando abrimos y nos las trae cuando cerramos», alabó García.

Cada persona es un mundo y no a toda la gente le gusta la ropa planchada de la misma forma. Ella se adapta a sus demandas, que las recoge en fichas y en su caja correspondiente. Vaqueros con raya, ropa interior, toallas o camisetas de andar por casa son las peticiones más curiosas. «A cada persona le gusta una cosa distinta y su criterio es el que vale, yo no soy quién para juzgarlos», opinó Romero, aunque ella tampoco oculta sus preferencias: le encanta planchar camisas y odia los pantalones de traje de pinza.

Fuente: elcomercio.es